Aznar, el santo varón del Bien y la Guerra, se inventó una ley que, por primera vez en la historia de la democracia reciente, llevó a ilegalizar a un partido político que no comulgaba con su idea de España. Su plan: asfixiar las ideas disidentes, los programas políticos y las opciones de personas que tienen todo el derecho a defender su concepto del mundo, siempre y cuando lo hagan por cauces democráticos.
Ahora salta Rodríguez Ibarra (la ultraderecha de la izquierda, para entendernos) y amenaza con promover una reforma de la ley electoral para privar a Esquerra Republicana de representación parlamentaria.
Es lo que tienen los totalitarios de izquierdas y de derechas: que sólo saben amordazar a quienes no comparten sus formas de ver el mundo.
Escrito por MUTANDIS a las 6 de Mayo 2005 a las 11:33 AM