Quiero ser del PP.
Quiero negociar con ETA cuando estoy en el Gobierno, y censurar al PSOE que anuncie que lo hará cuando estoy en la oposición.
Quiero venderle armas y munición a Chávez cuando mando yo, y poner como los trapos a Zapatero por expedirle unas patrulleras y unos aviones de carga.
Quiero aprobar en solitario una ley de educación sin contar con el resto del arco parlamentario, y llamar dictadores a los socialistas por hacer lo mismo con el apoyo de todos los partidos (menos el mío).
Quiero denunciar que ZP pone en peligro la libertad de conciencia, aunque nosotros impusiésemos la enseñanza de la religión en los colegios públicos.
Quiero que quede claro que el Tripartito vulnera la Carta Magna con su reforma del Estatuto catalán, a pesar de que el Tribunal Constitucional haya derogado decenas de leyes y decretos impulsados por el Gobierno popular.
Quiero proclamar a los cuatro vientos que Zapatero ha roto el consenso instaurado en la Transición, ello a pesar de que la derecha se opuso al Título VIII de la Constitución del 78 y Aznar publicase artículos contrarios al modelo territorial propugnado por nuestra norma fundamental.
Quiero que se sepa que el PSC trata de imponer la censura previa al impulsar el Consejo Audiovisual, haciendo abstracción de que Gallardón creó un órgano idéntico en la Comunidad de Madrid.
Quiero rechazar, por anexionista, la propuesta formulada por el BNG de que el nuevo Estatuto contemple la posibilidad de que se incorporen a la Comunidad gallega municipios de otras regiones, eso sí, obviando que el de Castilla y León en manos del PP incluye una disposición en el mismo sentido.
Quiero poner en la picota la falta de pluralidad de TVE bajo el mandato socialista, cuando con Urdaci era imposible que los espectadores asistiesen a un debate mínimamente plural, y menos aún a un programa semanal donde los periodistas de la derecha proclaman libremente sus consignas de partido.
Quiero impugnar el talante franquista del Presidente del Gobierno, a despecho de que yo y los míos nos enfademos mucho cuando se retiran las estatuas del Dictador o leamos con alborozo los panfletos revisionistas de Pío Mia.
En fin, quiero ser del PP para permitirme lo que prohíbo a los demás, y encima, hacerlo sin ningún cargo de conciencia.
Y es que los escrúpulos y la coherencia son defectos propios de gente sin recursos ni altura de miras.
Escrito por MUTANDIS a las 23 de Enero 2006 a las 12:25 PM