Abandono un momento la visión de la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero ante la Comisión del 11-M (justo cuando el Presidente concluye que la hipótesis de la autoría de ETA fue un "engaño masivo") para constatar públicamente lo siguiente: ZP ha cruzado el Rubicón. Hoy ha dejado de ser un espejo del Pueblo a convertirse en su faro. Veamos cómo lo ha conseguido.
Un estadista sumamente documentado
Se inicia la comparecencia con una alocución de ZP. En ella, recuerda a las víctimas y constata lo siguiente: ante el atentado del 11-M, los españoles "no ceden al pánico". Esto es incontestable. A mí me sigue impresionando recordar la sangre fría, el equilibrio y la serenidad que vi en ciudadanos y profesionales ese macabro día. Y recuerdo también el ambiente festivo y relajado del colegio electoral, la mañana de los comicios en que, por primera vez, voté al PSOE (y ya tengo unos años).
Prosigue el Presidente apelando a "la verdad de los hechos, no a la verdad de las opiniones". Primer misil contra la línea de flotación aznaril: viene a aportar datos, no a lanzar insidias y levantar castillos en el aire. Y a fe que lo hace: desglosa el desarrollo de las investigaciones policiales sobre el atentado, avala la cooperación de los Servicios Secretos marroquíes con cifras concretas (165 informes transmitidos, 231 seguimientos a sospechosos, 280 teléfonos intervenidos), expone las iniciativas correctoras impulsadas por el Ejecutivo (40 nuevos intérpretes de árabe, 150 agentes de la Guardia Civil para asuntos de terrorismo islamista, creación de un Centro Nacional de Coordinación en materia antiterrorista...)
Concluye ZP proponiendo un nuevo Pacto Antiterrorista que haga frente a los nuevos retos en esta materia, y que cuente con el concurso de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Anuncia también el importe de las ayudas concedidas a las víctimas, y especifica otros datos de interés: impulso legislativo, reformas en el Código Penal...
Zetapé se zampa a Zaplana
Sigue el turno de interpelaciones. Abre el PP. Pregunta Zaplana. Batería de insidias, de preguntitas capciosas, de afirmaciones de poca monta. Se delata que es muñeco: quien niega y afirma es Aznar, desde su exilio (o autoexclusión) estadounidense. Se percibe en su rostro el odio acumulado, el apetito de vísceras, de sangre.
Pero ZP destapa su juego: los naipes que aún no había descubierto completan una jugada ganadora. Ya no es el pipiola desdentado que se suponía: ha crecido. Tiene documentos. Sabe que esta es su oportunidad. Va desgranando los informes técnicos que posee, y que eran públicos (sí, esos que Aznar ignoró despectivamente). Avala sus aseveraciones con pruebas, con hechos. Desmonta todas y cada una de las tretas de KB. Y clava la puntilla final: la hipótesis de ETA quedó inválida en cuando se conoció que el explosivo no era Titadine. Lo demás, sólo tiene un nombre: engaño masivo.
Mientras, KB Zaplana ha intentado que ZP no se extienda, que no se le revuelva, que se someta tiernamente a un "interrogatorio" (sic) en el cual el Presidente debía quedar como un mentiroso. Y, fíjate tú, se ha acabado merendando al PP entero, y presentándose como lo que aún no sabíamos que era: un ganador.
Hoy, ZP ha cruzado el Rubicón. Tenemos Presidente para rato.
(Vuelvo al vídeo. Quiero seguir disfrutando. Un saludo a todos y todas).
Escrito por MUTANDIS a las 13 de Diciembre 2004 a las 01:23 PM