Cada vez que algún dirigente del PP pronuncia la palabra ESPAÑA, así, en mayúsculas, yo escucho Madrid, en minúsculas minusculísimas. Porque, para la derecha carpetovetónica y centralistoide, España no está en Cataluña, ni en las Vascongadas (como ellos las llaman, despectivamente), ni siquiera en cualquiera de las autonomías en las que NO gobiernan. No. Para la derecha de toda la vida, la de esta y la de más allá, España es Madrid: la Villa y Corte, dueña y señora del territorio completo, el cual el resto de españolitos le mantenemos en condiciones para cuando quieran venir a nadar o a esquiar, que de todo hay.
Por eso, cuando el PP clama contra los "antiespañoles", en realidad está poniendo en la picota a los catalanes, a los vascos y a todo aquel español que no sea madrileño, o peor, madrileñista.
Traducido: si el PP asimila España a Madrid, cualquier amenaza al poder omnímodo de la CAPITAL será interpretado como un asalto en toda regla al estatus privilegiado que los privilegiados le conceden a la CAPITAL.
Ergo, cuando el PP, ABC y Jota Pedro critican la OPA de Gas Natural sobre Endesa en nombre de peregrinas maniobras en la oscuridad, en realidad sólo temen que España sea un poco menos Madrid, y un poco más de todos los españoles: de aquí, de allá y de acullá.
Escrito por MUTANDIS a las 7 de Septiembre 2005 a las 11:47 AM