Cada vez que los españoles hacemos o queremos hacer algo que a la derecha no le gusta, saltan los agoreros: ¡quieren destruir España!
La cosa viene de largo: para consolidarse como el Reino unido y homogéneo que no era, Isabel y Fernando se vieron en la "obligación moral" de expulsar de la península a judíos, gitanos y moriscos.
Para compartarse (al menos, de puertas afuera) como el país católico y contrarreformista que nunca llegó a ser, la Iglesia tuvo que erigir tribunales donde los herejes, ateos e indiferentes a los temas eclesiales ardieran como teas.
Para presentar como la nación conservadora y tradicional que, en realidad, no fue jamás, el Ejército se levantó en armas contra el Pueblo en innúmeras ocasiones (la última, en 1981).
En fin, que para subsistir la España soñada debía hacerse a costa de los propios deseos de los españoles quedó bien visible en la Guerra Civil, donde a los "nacionales" no les dolieron prendas en pedir a italianos y alemanes que bombardearan a otros españoles, ¡todo en nombre de la España soñada!
Por eso, cuando escucho hoy en día hablar de "ESPAÑA" a los dirigentes del Partido Popular, siempre me pregunto para mis adentros: perdone usted, ¿de qué España me habla? ¿De la real o de la suya, la imaginaria?
Escrito por MUTANDIS a las 9 de Septiembre 2005 a las 12:45 PM