A despecho de la raigambre cristiana que se arrogan, y a la que traicionan continuamente, los representantes de la derecha política y clerical se distinguen por la gran cantidad de fobias que soportan. Alguien hablo aquí mismo de Zapaterofobia; pues bien, hay muchas más. Por ejemplo:
a) homofobia, odio a los homosexuales por romper con el modelo patriarcal, falocéntrico, monógamo, heterosexual e hipócrita de la familia judeocristiana;
b) eurofobia, odio a la Unión Europea por plantar cara a la hegemonía estadounidense y sus aspiraciones imperiales, belicistas y teocéntricas en todo el mundo;
c) islamofobia, odio a los musulmanes por suponer una amenaza al quasimonopolio que la Iglesia Católica ha ostentado, a sangre y fuego, durante siglos en Occidente;
d) rojofobia, odio a la izquierda por poner en entredicho los privilegios seculares que las clases pudientes detentan por una macabra combinación de imposición armada y coacción moral;
e) onufobia, odio a las Naciones Unidas y al derecho internacional público, como máxima expresión de la voluntad de los ciudadanos del mundo de regirse por una legalidad consensuada y democrática, frente a las tentaciones totalitarias del Trío de las Azores y su "cruzada" contra los derechos humanos;
f) catalanofobia, vascofobia... y pronto, gallegofobia, al acabar los nacionalismos periféricos con el sueño (o pesadilla) de una España Grande y Libre heredada del franquismo, y alentada por la derecha más ultramontana del continente.
En fin, los ejemplos son infinitos, pues si algo caracteriza a la derecha política y clerical no es su adhesión al Evangelio del Amor proclamado por Jesús de Nazaret, sino al Apocalipsis del Odio que difunden por todo el orbe George Bush y José María Aznar, codo con codo.
Escrito por MUTANDIS a las 3 de Octubre 2005 a las 12:00 PM