19 de Mayo 2005

¡MENOS PRINCIPIOS, POR FAVOR!

El Partido Popular se jacta, una y otra vez, de ser “un partido de principios”. El propio Mariano Rajoy, en su alocución durante el Debate sobre el Estado de la Nación, le espetó a Zapatero que carecía de principios.

Tengo que reconocer que, en política, el valor de los principios me parece dudoso. Porque, al fin y al cabo, ¿cuál es la tarea de un partido político? ¿Propugnar públicamente un credo cerrado, al cual los ciudadanos deberían adherirse de manera incondicional? ¿O más bien, tratar de prestar atención a las demandas de la población, de brindar soluciones a sus problemas reales?

No hay duda de que un partido, por motivos de tradición y también de elección, encarna un ideario, o más bien, una sensibilidad, un modo propio de afrontar los problemas. Esta sensibilidad es la que permite al electorado confiar en que, ante una cuestión no contemplada explícitamente en los programas respectivos de las diversas formaciones, la balanza caerá de un lado y no del otro. Pero, en términos materiales, lo que debe primar en el sistema representativo es, siempre, el interés general, no los principios que ostente quien recibe el mandato de velar por él.

Así que, cuando escucho a la derecha española jactarse de sus principios, me asaltan las dudas: ¿pretende que, con mi voto, le entregue también la dirección de mi conciencia? ¿O es que me garantiza que, en caso de acceder al gobierno, no velará por el interés general, sino que tratará por todos los medios de ser fiel, a cualquier precio, a esos santos principios, o tal vez intereses, a los que no renunciará bajo ningún concepto?

Creo que la trayectoria mostrada por el Partido Popular en los últimos años contesta por sí misma esta pregunta.

Escrito por MUTANDIS a las 19 de Mayo 2005 a las 11:28 AM
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