No me extraña que el PP no quiera ni oír hablar de Batasuna, hasta el punto de haber pergeñado una ley ad hoc para impedirle participar en la vida política e institucional de esta país. Y es que, bien mirado, la derecha montaraz y el abertzalismo político comparten más cosas de las que uno podría sospechar en un primer análisis.
a) ambos poseen una visión idealizada de sus propias raíces históricas: imperial y pomposa, unos; arcádica y rural, los otros;
b) ambos muestran una nula capacidad de comunicarse con el interlocutor, lo cual espolea sus peores instintos (la ira, la violencia y el rencor);
c) ambos padecen una palmaria rigidez mental y moral, hasta el punto de que quienes pasan a engrosar uno y otro bando suelen adolecer de una notable propensión fanática;
d) ambos asientan sus reales ideológicos en las fuentes del pensamiento católico (excluyente y egocéntrico como pocos), hasta el punto de que según un libro publicado con este título, ETA nació en los seminarios;
e) por último, y como consecuencia del mesianismo irritado tanto de los peperos como de los batasunos, ambos comparten la remitencia deferencial a la lucha armada, cúspide lógica de su fanatismo irracionalista.
En lo que sí se diferencian los radicales de uno y otro bando es en los medios con los que cuentan para tratar de llevar a cabo sus delirantes proyectos de redención universal: mientras que los batasunos se deben conformar con una banda cutre de criminales mal dotados, los peperos cuentan con un moderno y nutrido ejército organizado detrás, financiado para más inri con los impuestos de todos los españoles (de derechas, de centro y de izquierdas).
Escrito por MUTANDIS a las 16 de Enero 2006 a las 11:37 AM