23 de Enero 2006

EJECUCIONES SUMARIAS

No hay crimen más repugnante que una ejecución sumaria perpetrada por el Estado de Derecho. Si el asesinato es vil, entra de lleno en la barbarie cuando lo comete quien se arroga la custodia del bien común, mediante la observación estricta y controlada de la legalidad vigente.

No estoy hablando de la (denigrante e inmoral) pena de muerte, ya que, en este caso, sus defensores lamentablemente pueden alegar que se aplica porque así lo dispone la voluntad popular en tal o cual pais.

Me refiero al terrorismo de Estado, a la práctica del asesinato selectivo por parte de unidades de élite pagadas con los fondos públicos.

Estoy pensando en países que establecen un blanco humano que, sin posibilidad alguna de defensa, caerá víctima de los disparos (o el bombardeo) de aplicados funcionarios estatales.

Aludo a ciertos regímenes, nominalmente democráticos, que hacen caso omiso de las restricciones que les impone su propio ordenamiento jurídico, y acometen políticas de exterminio de aquellos elementos a los que tienen, con fundamento o sin él, por amenazas para su seguridad.

Acuso, directamente, al Estado de Israel y a la Administración Bush de practicar, de manera sistemática, ejecuciones sumarias sin amparo legal ni cobertura moral de ninguna clase, contra personas a las que se les ha privado de sus garantías jurídicas y procesales.

Censuro a Israel por disparar contra niños palestinos y utilizarlos como escudos humanos; por arrasar las casas de “presuntos” terroristas a los que jamás se les permitirá “demostrar” su inocencia; por utilizar a sus servicios secretos para asesinar a quienes creen oportuno, sin proceso judicial, sin asistencia de abogado, sin condena formal previa.

Pongo a Bush en la picota por invadir un país sin contar con amparo legal para ello, por confinar en cárceles inhumanas a seres humanos sin ningún cargo en su contra, por torturar a detenidos, por bombardear aldeas a las que nadie resarcirá del “error” de la inteligencia estadounidense al elegir la diana.

Países como éstos deberían ser incluidos, con todas de la ley, en la negra lista de los regímenes totalitarios, donde la Muerte es la verdadera autoridad y la Fuerza, el único soberano.

Escrito por MUTANDIS a las 23 de Enero 2006 a las 12:21 PM