Llevan meses los gerifaltes de la derecha arrogándose la propiedad de la Carta Magna y, al parecer, ni se la han leído.
Sólo eso podría explicar una petición tan extravagante como la que ha formulado Mariano Rajoy tras el acuerdo sobre el Estatut: que, saltándose la legalidad vigente (la cual estipula con claridad meridiana cuál es el procedimiento para la reforma de las normas jurídicas), Zapatero convoque un referéndum NACIONAL sobre este particular.
A este caballero español le deberían haber explicado (ya que él no se preocupado por saberlo) que la reforma del Estatut, es eso, una ley orgánica que modifica una ley orgánica anterior y, en consecuencia, NO PUEDE cambiar el modelo de Estado. De ser así, el Tribunal Constitucional la anularía y en paz.
Por el contrario, la hipótesis de un referéndum, además de no ser legal y contravenir los cauces establecidos en estos temas, sí altera radicalmente el modelo de Estado constitucional, pues despoja a las Cortes de su papel institucional (el de sede de la soberanía POPULAR) para entregárselo a la masa en su conjunto.
No es posible: como reza la Constitución, es a las Cortes, y no la gente de a pie, a quien compete elaborar y reformar las leyes, a los Tribunales de Justicia el hacerlas cumplir y al Tribunal Constitucional el interpretar si se ajustan a la Carta Magna.
Tratar de vaciar a las Cortes de su centralidad política para dispersarla miserablemente en la plaza pública, ése sí que es un propósito desestabilizador y anticonstitucional.
No resiste el menor análisis jurídico.
Escrito por MUTANDIS a las 24 de Enero 2006 a las 05:33 PM