Volvía ayer Esperanza Aguirre a arremeter contra un medio de comunicación que no le es afín (¡ay, la libertad de expresión, qué poco les gusta) y, ya puestos, aprovechó para decir que el PP no tenía que viajar al centro, porque ya estaba en él.
Es curioso: mientras que la izquierda se enorgullece de presentarse como tal (aunque ya le quede poco de proletaria), a la derecha le sigue avergonzando ser lo que es.
Yo creo que la cosa va por otro lado.
Para el PP, el centro no es un espacio tibio, poco ideologizado, punto de encuentro entre los extremos, ejemplo de sensatez y, hasta cierto punto, de cierta indiferencia respecto a los grandes ideales.
Para el PP, el centro es el eje cartesiano de la Verdad, la asíntota del Bien, el punto cero de la Razón, el paradigma de la Virtud.
Por eso el PP considera que está en el centro, o mejor aún, que el centro ES ÉL: como la derecha piensa (como los fanáticos) que su visión del mundo no es parcial, sino total; como está persuadido de que su opción es la única, por no decir la mejor, todos los demás interlocutores quedan lejos del astro rey, cuando no fuera de órbita.
Así pues, cuando el PP dice: el centro soy YO, hay que leer: yo soy el camino, la verdad y la vida.
Igualito igualito que los fundamentalistas religiosos...
Escrito por MUTANDIS a las 2 de Febrero 2006 a las 12:18 PM