8 de Febrero 2006

OMINOSO SILENCIO

La capacidad del ex-presidente Aznar de sorprendernos se mantiene intacta. Tras mantener durante semanas un ominoso silencio sobre las fechorías de su amigo Bush (los abusos de Guantánamo, los vuelos de la CIA, las cárceles secretas, las escuchas ilegales a ciudadanos estadounidenses, el fiasco de Irak), se descuelga el Presidente de Honor del PP con unas declaraciones en las que apoya al líder republicano por su condena de los asaltos a las embajadas europeas a propósito de las caricaturas de Mahoma. Parece mentira, pero Aznar olvida a propósito que la primera declaración de Bush sobre el tema no fue para llamar a la calma, sino… ¡para exigir respeto a las creencias religiosas de los musulmanes! Actitud, por cierto, coincidente con la que mostró El Vaticano: disculpar a los violentos en aras de una supuesta “ofensa” a sus creencias. Pero yo me pregunto: y a nosotros, ¿quién nos defiende de las opiniones cancerosas, viles y mezquinas del ex-presidente Aznar? Porque su inopinada rentrée en la escena mediática no puede ser debida al azar; más bien, obedece a su deseo incontenible de hacer leña del árbol caído, y aprovechar los desmanes de los fundamentalistas para atacar a su enemigo privado número uno, el Islam. Para colmo, el pepero se ha permitido censurar a Europa su “tibieza” en las condenas a los altercados. Me gustaría recordarle, caballero, que el PSOE sufre cada fin de semana asaltos a sus sedes en el País Vasco, y aún es hora que salga algún portavoz de la católica derecha para censurarlos. ¡Ay, esa doble vara de medir, típica de los majaderos!

Escrito por MUTANDIS a las 8 de Febrero 2006 a las 05:02 PM